Me siento aislada entre 4 paredes, cuidando de mí y de alguien más.
Con ganas inmensas de salir al mundo y descubrirlo, descubrirme como la maravillosa persona que puedo ser, pero con miedo a serlo.
Dudo de mi y de lo que soy capaz, quiero correr pero ni siquiera sé caminar.
Estoy dando lo mejor de mí y la mayoría del tiempo siento que no es suficiente.
Sigo en mi zona de confort, como toda la vida, a pesar de que en realidad no tengo confort alguno.
Me siento frustrada, enojada y con muchos rencores, gane a un hijo hermoso, pero perdí a mi padre, perdí el respeto a mi persona, o más bien abrí los ojos y me di cuenta de que pocas personas me respetan.
Tengo 22 años y me siento como una niña de 10, asustada esperando a que un día su papá regrese.
Pero el nunca regresará porque no puede hacerlo, su vida no se lo permite, el está atado a otra persona y lo único que me queda hacer es comenzar una nueva vida, mi propia vida y no puedo.
