Primeros besos amargos, ya no quiero.

Tuve la oportunidad de besar a un chico fascinante el viernes, me gusta de una forma extraña, como aquel buen vino que se disfruta pero que te puede llegar a embriagar; no puedo definir realmente lo que sucede, hay algo que no me termina de convencer en él, tal vez su naturaleza definida, hasta cierto punto me intimida, tal vez que yo aun no soy coherente con muchas cosas y me da miedo que el lo note. Tal vez que no quiero empezar algo que sé que no podré terminar. Tengo miedo, debimos besarnos en aquel momento embriagante que tuve en el cual no me preocupaba nada, ni siquiera él, cuando la plática entre los dos era intensa, cuando estábamos solos en la oscuridad de la noche, bajo el manto de las estrellas, pero precisamente algo en mi me dijo: "ya no quiero primeros besos con sabor a culpa, con sabor a imprudencia y a impulso. No quiero despertar de nuevo en la cama de un desconocido preguntándome y preguntándole: -¿Qué somos?-"  Quiero primeros besos con sabor a te quiero bien, te quiero bonito, te quiero para estar contigo, te quiero porque estoy locamente enamorado de ti. Y creo que merezco algo bello, me estoy convirtiendo en suficiente para mi, lo cual me hace perfecta para cualquiera. Quiero ser la pequeña Lilian - Depeche Mode de alguien.

Es absurdo creer en el amor y no creer en los cuentos de hadas, por eso creo fielmente en los cuentos de hadas...