martes, 12 de julio de 2011

Llegar hasta aquí

Tomar decisiones al parecer nunca ha sido mi fuerte. El sentimiento de arrepentimiento pesa demasiado el día de hoy. Cada vez que Él comete algún acto despreciable me pregunto a mi misma: ¿Qué hice para llegar hasta aquí?

Algunos me admiran por la determinación y la fuerza que he tenido para sobrellevar los sucesos que acontecen y no caer, derrumbarme o tirar la toalla. Otros por el contrario creen que arruine mi vida, dejándome llevar por el enamoramiento y la dulzura de una relación, atándome a un compromiso de por vida, invariable y lleno de sacrificio, siendo este todavía más grave por mi “condición de mujer”, por aquel hecho irremediable de no tener un título profesional, por ser una niña grande. Nunca un adulto.

Repito a manera de disco rayado: cada vez que Él comete algún acto despreciable me pregunto a mi misma: ¿Qué hice para llegar hasta aquí?

Su falta extrema de buenos hábitos, su flojera para tomar un trozo de papel para limpiar su nariz, el hecho de que el vea todo como algo completamente normal. Hace que recuerde muchas cosas, que me arrepienta de otras, si hubiera hecho esto, o aquello… definitivamente no estaríamos aquí. A veces no le encuentro sentido a esta permanencia. ¿Amor?, ¿Apego?, ¿Necesidad? O simplemente no poder huir del compromiso que tomamos. Ya no sé qué es lo que nos une día tras día. Y quiero dejar de preguntarme a mi misma: ¿Qué hice para llegar hasta aquí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario