Creo que un punto negativo de ser acuario es eso de ser el eterno inconforme, lo he leído varias veces en esa onda de los horóscopos, por si no me creen, pero creo que es verdad y por un lado puede ser una virtud en cuanto a que siempre buscamos lo mejor tanto para nosotros como para los que nos rodean, pero por otro lado cuando las cosas no son lo suficientemente buenas (buenas para nosotros claro) todo es un completo desastre. Ya no quiero sentir ese completo desastre… es estresante y me pone de muy mal humor.
Me acabo de mudar, rentamos, estamos apretados económicamente, pero tengo lo que estaba deseando desde hace mucho tiempo, completa y absoluta libertad de movimiento. Puedo hacer y deshacer como yo quiera… amo la sensación de libertad. Pero por desgracia sigo sintiendo que algo falta para que todo pueda ser perfecto… o por lo menos semejante a la perfección. Me han sugerido que vaya por la vida con un perfil bajo, no dar mucho, no pedir mucho, no esperar mucho y no desear mucho. Creo que es como un perfil “sano” pero no encajo con esa mentalidad.
Últimamente me pregunto sobre el concepto que la sociedad tiene acerca del “éxito” ¿A qué se le llama éxito? He llegado a la conclusión de que el éxito es tener mucho sin hacer mucho esfuerzo, y que todos te vean como un triunfador. Y no solo me refiero a lo económico, una mujer exitosa es aquella que logra bajar de peso en poco tiempo, con una dieta express, un hombre exitoso es aquel que puede pagar un auto con su primer cheque de sueldo y que puede tener una erección que dure 3 horas para complacer a una mujer, una familia exitosa es aquella que puede darse el lujo de salir de vacaciones una vez al año, ir a la playa, tener un camarero personal e ir al spa, un joven exitoso es aquel que termina su carrera, gana dinero, se compra un coche, una casa, se casa, tiene hijos y sus hijos sucesivamente estudian, se gradúan, compran un coche, una casa, se casan, tienen hijos y así hasta el final de los tiempos, amen. ¡! Patrañas!! Si eso es el éxito prefiero tener un perfil bajo y no dar mucho, no pedir mucho, no esperar mucho y no desear mucho. La sociedad no tiene ni idea del daño que muchas personas sufrimos intentando encajar en esa idea del éxito, que muchas veces ni siquiera es una idea propia. Por eso la otra vez escribí en mi FaceBook: El que yo no cumpla con tus expectativas no quiere decir que no cumpla con las mías. No es completamente cierto puesto que aun me dejo llevar por ideas de “otras personas”, ideas sobre mi imagen, ideas sobre mis decisiones. Ochocientos pesos de terapia mensual me están rescatando del gran hoyo en el cual me sumergí estos últimos meses. Ser mamá joven, tener errores que al parecer se sienten como imperdonables, en fin, ya no quiero seguir lloriqueando.
Parece que hasta me dan cuerda, así que de una vez pondré las cartas sobre la mesa para no volverlas a tocar y a retocar cientos y cientos de veces: Tengo 22 años, soy mamá joven, aun no termino mi carrera de arquitectura, vivo con mi pareja que tampoco ha terminado su carrera, yo no trabajo, el sí, su familia me detesta, algunos miembros de mi familia me incomodan porque siempre cuestionan mis actos, mi padre me dejo de hablar, en mi mamá encuentro mucho apoyo y al parecer todos creen que no lo merezco, ah cierto ya no me gusta mi carrera y quiero estudiar fotografía. Estudiar, ganar dinero, comprar el coche, la casa, casarnos y tener hijos… digamos que estamos haciendo lo mismo solo que en el sentido contrario, si así lo quieren ver.
Me siento un tanto nihilista en estos momentos, cada que pregunto: ¿Qué mierda tienen todos en la cabeza? La misma sociedad sabotea a las personas, es como un intento irracional, creo que a veces si es un tanto premeditado, que solo hace que las parejas jóvenes y que tienen un hijo sientan que cavaron su propia tumba en el momento de decir: si queremos ser padres. Y no solo lo digo por mí y mi caso de prematura maternidad. También lo digo por las eternas esclavas a la báscula, por los eternos esclavos al alcohol, por todos aquellos aferrados al trabajo, por los que no pueden vivir sin dinero, sin ropa nueva, sin algo que presumir. Dense un balazo y verán como todas esas preocupaciones se terminan, lo digo por la madre que sacrifica su carrera por estar con sus hijos, por los hijos que se sienten abandonados, por los hijos que sienten sobre protegidos, por aquellos que no se sienten amados porque no tienen un rostro libre de imperfecciones, por los que desean un abdomen de lavadero, por las que invierten su capital en maquillaje de $1000 con la esperanza de verse más jóvenes, por aquellos que envidian a su vecino, por los que ven la paja en el ojo ajeno y por aquellos que son luz de la calle y oscuridad en su casa. En fin… ¿Quién soy yo para criticar? Soy una madre joven que no ha terminado su carrera y que no ha conseguido el final feliz que todos esperaban. Pero creo que con esto me puedo dejar de quejar, por un tiempo.

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