martes, 16 de agosto de 2011

La vida es una perra


Díganme, que les puedo decir yo. Nuevamente al parecer todo indica que vengo a quejarme, la vida es dura, amarga, extraña y con un toque de azúcar de vez, pero muy de vez en cuando. A veces veo a mi bebe y en verdad me conmueve su ingenuidad, su ternura y su bondad. Me pregunto: ¿Qué demonios hare cuando vea su carita llena de preguntas? Como cuando me diga: ¿Por qué hay personas que matan a otras?

Estoy muy sacada de onda, mi abuela odiaba a Toño, el novio de mi tía Luisa, mi abuela tiene casi ochenta años, Toño tiene aproximadamente 60 años. A Toño le dio un coma diabético el día jueves, Toño está a punto de morir. Me pregunto: ¿Qué habrá en la conciencia de mi abuela? Acaso alguna parte de ella le estará pidiendo perdón por tanto odio. Ella sabe que todos sabemos que lo odia, me pregunto qué me dirá la próxima vez que  hable con ella. Si intentara omitir con algún comentario sutil toda la bazofia que alguna vez dijo de su persona.

Odio, amor, celos, compasión, envidia, rencor, fidelidad, respeto. Mi cabeza siempre ahonda en estos sentimientos, lo más profundo de mi ser se sorprende con los matices y contrastes que pueden existir en una misma persona. Hace tiempo pensaba que los villanos de Walt Disney, completamente unilaterales no existían en la vida real, que todos nosotros nos desenvolvíamos en esos menesteres dentro de nuestra vida. Pero tengo una madrastra, ahora pienso todo lo contrario, si existe la gente que solo sabe ser malvada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario