domingo, 30 de octubre de 2011

Apología de mi vida

Porque ya no me importa un pito quien pase por acá.


Esta es una historia que se narra a partir de sucesos que se repiten constantemente en la vida del personaje principal. Estos sucesos definidos y marcados son, huidas y ausencias.
Se encuentra huyendo de nuevo, ¡Cuántas veces no ha empacado una maleta! Es experta en empacar, siempre empezando por  lo básico: desodorante, maquillaje, 3 o 4 mudas de ropa, de los pies a la cabeza, una chamarra y si hay espacio suficiente otro par de zapatos y algún artefacto que le sirva de entretenimiento en las horas de ocio. En su cabeza la idea de terminar rotundamente con la serie de eventos que le persiguen. Siempre con la idea ingenua de empezar de nuevo. Como si no tuviese miles de fantasmas que la persiguen.  

Va para allá, su tren saldrá pronto, tiene que desmantelar el castillo de arena que se construyó esta última vez. Quedo mejor que otras veces, creo que podía haber llegado a llamarlo hogar, pero solo resulto ser un constructo más de su mente, un refugio delatando el hecho de su cero sentido de pertenencia. Ella no pertenece a ningún lugar, ni le pertenece a nadie y nada le pertenece. Porque el segundo suceso que mencione la ha limitado a ello.

Ausencia. La ausencia de una madre, la ausencia de un padre, la ausencia de su amor, la ausencia de un beso, en estos momentos la ausencia de su hijo, la ausencia de conocimiento, la ausencia de de una pareja, la ausencia de valor, la ausencia del perdón. La ausencia de una esperanza. La ausencia de dinero, la ausencia de educación, la ausencia de un trabajo y principalmente la ausencia de un amigo.  La cabeza llena de recuerdos de ausencias para empezar.

Nuestro personaje es por ende, un personaje que la mayoría del tiempo se siente vacío, cuya necesidad de llenar esas ausencias la ha llevado a cometer actos bastante estúpidos. Se ha entregado a otros personajes como se entrega un animal, sin conciencia absoluta del mundo que le rodea, pero en este caso a ensayo y error ni siquiera con un instinto de guía.  Probablemente nos encontramos con un ser que carece de empatía aunque demuestre lo contrario con tal de recibir aquello a cambio. La vida se ha convertido en una serie de intercambios, basados en que nuestro personaje, solo sabe… contarle sus ausencias al mundo y salir huyendo cuando las ausencias empeoran.

Ahora hablemos del personaje número 2, su vida ha sido marcada por la ausencia también pero esta persona no huye, esta persona llena sus ausencias controlando su alrededor, para no sentir su propia fragilidad.

Hurga en la mente de quienes la rodean, realmente sabe cómo hacerlo, por lo regular se muestra dulce, comprensiva, la madre modelo que todo mundo espera que sea. Escucha con paciencia, su mente ágil y voraz desmenuza las palabras de las otras personas, acepta lo que considera correcto e inmediatamente aquello que atenta en contra de sus creencias tiene que ser subordinado. Hará cualquier tipo de acto hostil con tal de subordinar las ideas que  no considera de su agrado. Ofenderá, llorará, dirá que si sigues pensando así no merecerás nada de nadie. Probablemente atente en contra de los que considera enemigos de manera muy consiente que hasta parece premeditación. En su corazón solo hay espacio para los “elegidos” a quienes ha podido moldear a su antojo. Personas a quienes pudo convencer de que el sufrimiento es un estilo de vida que no se debe intentar curar atentando contra las buenas costumbres y valores que “ella impone”.

Ahora hablemos de la persona número 3:

Su vida ha sido marcada por la desaprobación y la auto justificación de sus actos. Este sujeto, hombre, es afectado por las críticas severas que puede llegar a recibir, principalmente, porque él siempre estuvo sometido a la persona número 2. Por ende el responde siempre de manera hostil ante cualquier provocación y no tiene ningún sentido de responsabilidad al respecto. Capaz de atentar contra el bienestar de otros con tal de conseguir lo que él desea, a este personaje no le causa conflicto alguno mientras que a final de cuentas reciba la aprobación de sus actos, no importándole la desacreditación de otros personajes o el dolor que les pueda causar. El siempre actúa correctamente.

Ahora hablemos del personaje número 4:

Ella es una mujer similar a la persona número uno, de hecho puede llegar a ser aterrorizante el parecido. Su vida marcada igualmente por el abandono y las huidas pero con él extra de un toque de violencia. Su caso es extremo porque no sabe empacar, no sabe hacer mucho de hecho, más que acumular objetos y experiencias desagradables. Actúa meramente por corazonadas, es impulsiva, tampoco acepta sus responsabilidades, se queja de todo su entorno, tiene fobias. Se niega rotundamente al cambio, le aterra el cambio. Se ha conformado con lo que le sucede y sufre en su corazón por la violencia que recibió, y aun así ella es capaz de maltratar duramente a quienes la rodean dándoles todo y a la vez nada. Su caso es grabe, insisto la semejanza con el primero sujeto puede ser engañosa.

Ahora veamos: Sujeto número 1 fue educado viendo los ejemplos constantes y los matices que existen entre el personaje número 2, 3 y 4. Ahora mi interrogativa: ¿Usted cree que el sujeto 1 estará jodido de por vida entre toda esa basura?

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