Me educaron con la filosofía de que si eres completamente sincero, si eres honesto, si eres simplemente tu, si dices las cosas que quieres como las quieres y cuando las quieres la gente te va a rechazar. No creo ser el único ser humano que creció con esa enseñanza. A las mujeres creo que se nos arraiga mas esa creencia.
Y bueno, ahora que me encuentro completamente sola me pregunto: ¿Y si te rechazan? ¿Eso es algo bueno o algo malo? ¿Por que el ser rechazado por otra persona tiene que ser lo peor del universo? Siempre nos preocupa la aceptación ajena, cuando la única aceptación que nos debería de importar es la propia. Suena cliché escribir de esto, y de hecho es muy fácil decirlo. Pero eso si me pellizco una huevo cada vez que intento llevarlo a cabo. He ahí cuando la mente nos juega diversas trampas. El cerebro humano es el órgano mas cabrón que puede existir, por lo menos en este planeta. Cuando una idea se implanta en el es muy difícil poder contradecirla así tengas miles de razones lógicas que puedan tumbarla. La idea sigue ahí y seguirá ahí. Dicen precisamente que este tipo de ideas, que son las más cabronas y que supongo tienen algún nombre científico se implantan en los momentos de trauma, llámense accidentes propios, la muerte de un ser querido, la sensación de abandono o cualquier momento de dolor.
Cuando un trauma no se habla, no se maneja adecuadamente, estas ideas se aferran del punto más débil porque en esos momentos nuestra conciencia se ha ido de vacaciones y no se puede discernir entre aquello que es lo correcto y aquello que simplemente no lo es.
Retomando el tema inicial, desde pequeña cuando era honesta siempre recibía algún rechazo, o me ignoraban, o simplemente ni siquiera tenia voz y voto. La intolerancia de las personas en quienes mas confías realmente destruye. Cuando crecí así siguió siendo y pues aún me cuesta mucho trabajo decirle abiertamente a alguien: no me gusta (cualquier idiotez) de ti.
Me causa demasiado conflicto hacerlo, anticipo el apocalipsis seguido de mis palabras y por lo regular omito el abrir mi bocota y me aguanto, o como dice la banda apechugo o en otras palabras trago camote. Eso me convirtió en una mujer sumisa a la que se le llena el calcetín de miles de piedritas. Definitivamente no puedo ser un líder en ninguna profesión.
Hace poco por primera vez en mi vida sentí el placer efervescente de mentarle la madre a alguien en la calle. Creo que es una sensación adictiva. Y tengo que admitir que después me entro la culpa de aquello.
Hubo una etapa de mi vida, que sinceramente desde este momento borrare completamente de mis recuerdos en la cual, mi falta de huevos para decir las cosas me llevo a estar junto a personas con las que realmente no quería estar, haciendo cosas que realmente no quería hacer, era un ser sin dignidad. Pero ¿De donde sacaba la dignidad si cada vez que abría la boca recibía algún tipo de amonestación?
El condicionamiento clásico aplico en mi, empece a actuar con patrones conductuales, sin ser yo nunca, aplicando las de rutina, aguantando a una persona hasta reventar, hasta nos la tomabamos a broma en confianza, decíamos abiertamente: otra vez la cagué. Efectivamente la cagué. El rechazo me marcó en lo mas profundo, me supieron lavar mi cerebro alimentando la sensación de la niña abandonada, la que tiene que dar lástima por naturaleza propia, la que pobremente salió adelante sin nadie a su lado. El sufrimiento siempre de por medio en cualquiera de mis éxitos personales, si es que tuve alguno.
Hoy con la letra escarlata en mi frente, la letra de la puta que engaño a no se cuantas personas, la que se aprovecho de los buenos hombres que se acercaron a mi. La puta que se embarazó para amarrarse a una persona. La que jamás ha sabido valorar el amor de nadie y probablemente ni siquiera se lo merece. Y la ultima que me dijeron: la que no se compromete. Eso es lo que todos quieren que yo crea el día de hoy. Siempre es fácil decir que yo era la maldita, cuando ni siquiera tuve los huevos para decirte que me cagaban tus malditos zapatos y tu estúpido peinado.
Los hombres crean a sus dioses y a sus demonios a su conveniencia, eso es la honestidad.

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