miércoles, 8 de febrero de 2012

Una vida... feliz

¡Carajo! ¡Cómo me cuesta trabajo tomar las riendas de mi vida! ¡Ya ni cuando era una adolescente chinga! Y realmente estoy enojada, ¿Qué me sucede? ¿Por qué me cuesta tanto trabajo hacer las cosas? Creo que para empezar no tengo un método, un ritmo, un horario y una rutina, en segunda y como me decía un amigo, sigo dependiendo de mis padres para muchas cosas. Y tiene razón y no es por defenderme pero creo que muchas veces solo actúo en automático, se me hace muy sencillo tomar el teléfono y marcarle a alguno de ellos cada que la señorita se mete en aprietos.

Yo no era así y deseo dejar de ser así. ¿Qué me pasó? ¿Dónde quedó mi verdadero yo? Estoy peor que cuando me dio la crisis de los veintes. Pero si no arriesgo no gano, es momento de apostar todo al cambio verdadero, no tener miedo, las cosas no tienen porque salirme mal. A parte tengo que ponerle el buen ejemplo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario