Desde que llegaste a mi vida, todo se ha vuelto tranquilidad. Hay cosas que aun me alteran cotidianamente pero ya no siento ese vacío existencial en mi alma. A pesar de que has decidido partir súbitamente y yo lo respeté y lo sigo respetando (ya que siento que es lo correcto), es como si estuvieras sin estar. Hay personas que están a tu lado y realmente no están, pero contigo pasa lo contrario, simplemente apareces en los pequeños detalles de mi cotidianidad. No ha habido un jodido día en el cual no te vea en alguna figura, todo me recuerda a ti y a mi. Cuando pretendo fingir que fue una idiotez mía el habernos acercado tanto, descubro cosas como estas:
Independientemente de todo, hasta he podido recuperar mis viejos amores, todo se alinea extrañamente. También tengo otros proyectos en mente. Mi mente está tranquila, faltan 15 días aproximadamente para que nos digan si pasamos el examen que realizamos para el cambio de carrera. Tengo nuevos proyectos en mente, uno de ellos es irme a Italia y pronto. No sé como ni cuando ni de qué manera, pero me iré. Desde que era niña siempre tuve una fuerte y mística atracción hacia ese país, probablemente es porque parte de mi alma pertenece a ese lugar....
Tengo ganas de bailar, de crear, de descubrir cosas nuevas, de experimentar todo lo que mi alma no ha hecho, de leer, de ver, de saborear, de derretirme de mil formas, precisamente porque mi búsqueda terminó y estoy contenta con eso. Estoy plena. Llegaste en el momento preciso, ni antes ni después. Te lo agradezco y espero que todo salga bien. Estoy planeando un viaje alocado, retirarme un poco de este espacio pequeño que es mi hogar, regresar a la magia y a las compañías mágicas que siempre tuve y que por deliberadas razones perdí.
Ahora solo puedo desearte libertad, conciencia y tranquilidad, quiero que SEAS, que no te enredes en pensamientos inútiles, que vivas, que salgas y que como yo: Te cojas a este maldito mundo. Vibra intensamente, no te detengas. Esto que te digo es lo que me digo a mi ya que somos parte de lo mismo y en algún momento de la eternidad cósmica nos volveremos a unir.
"No sé cuánto tiempo permanecí allí, inmóvil ante el dibujo.
El enorme esfuerzo interior iba helando mi pecho.
Interrogué a aquella imagen y la acusé, la acaricié y
le recé de rodillas; le dije madre y le dije amor, le llamé
prostituta y perdida, la nombré Abraxas.
Entre tanto, iban surgiendo en mi las palabras de
Pistorius - ¿O quizá de Demian? - ; no podía recordar
cuándo habían sido dichas, pero creía oírlas de nuevo.
Eran palabras de la lucha de Jacob con el ángel:
"No te dejaré hasta que me hayas bendecido".



No hay comentarios:
Publicar un comentario