Una de las cosas que más trabajo me cuesta a mí y no creo ser la única persona a la que esto le suceda, es alejar a las personas de mi vida por voluntad propia. Darme cuenta de que mi padre no es la persona que me entiende, que me tiene un cariño sincero incondicional, basado en el respeto, la comprensión y que me defiende y me da mi lugar como su única hija, darme cuenta de que no soy prioridad en su vida. Hace 10 años el tomo sus decisiones, buenas o malas pero fueron las suyas y nunca me pregunto si me parecían o no, es más ni siquiera me aviso. Todo en la vida se paga con la misma moneda, hoy yo soy un adulto y prefiero, decido y declaro que no quiero estar cerca de él y principalmente no quiero estar cerca de la persona con la que el decidió compartir su vida. Les di una segunda oportunidad, confíe en ellos, hasta llegué a confiar en ella al grado de contarle cosas íntimas, creí que todo había cambiado, pero como siempre me defraudaron en todo sentido. Yo no los he defraudado y no estoy como para que me hagan eso. Mi decisión ha sido tomada y estoy firme en ella.

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