miércoles, 23 de enero de 2013

Mágica pastilla

Llevo una semana tomando un antidepresivo. Es cómico como funciona esto, me recuerda a aquel capítulo de Los Simpsons donde Lisa le dan antidepresivos para que pueda lidiar con su crisis ecológica del fin del mundo.

En mi caso no es tan extrema la reacción de mi cerebro con los medicamentos, solo estabilizan mis emociones que sinceramente no había podido controlar sola. Evitan que dentro de mis pensamientos me nuble con ideas depresivas, tampoco estoy llorando todo el tiempo ni tengo tanta ansiedad. De lo único que padezco es de este insoportable sueño y cansancio. También la depresión me lo provocaba, pero ahora es distinto: Ya no me aborda la ansiedad de pensar en un futuro incierto, tampoco me abordan los recuerdos de mis sueños rotos, no otras tantas cosas de las cuales ya he escrito en tiempos pasados. 

Nunca estuve a favor de los psiquiatras ni de los medicamentos, pero toqué fondo. Esta pequeña  pastilla mágica no es adictiva, solo regula una sustancia en mi cabeza que por cuestiones fisiológicas mi cuerpo no produce. Digamos que es una especie de ayuda que con el tiempo me podré quitar. 

martes, 15 de enero de 2013

Danzando

¿Y si aprendemos a danzar bajo la lluvia? 

Empezando por soportar el frío que te genera, aquellas gotas heladas que traspasan la ropa y llegan a lo mas profundo, cuando los zapatos se llenan de este líquido y pisar se convierte en algo arriesgado. Simplemente estando completamente hundido en el agua es cuando tu cuerpo se aclimata con la tormenta y puedes empezar a disfrutar, a danzar. 

lunes, 14 de enero de 2013

Normal

¿Qué es lo normal?

Hay personas que son un maldito hígado al trato, imposibles de digerir, que creen que sin ellos el mundo se termina y que siempre están en lo correcto y que pueden tener a todo el mundo comiendo a sus pies, que solo te juzgan y te comparan y que solo alardean de sus propios padecimientos y de sus propias victorias, que solo ven lo negativo de las demás personas y que no pueden quedarse calladas si no tienen algo agradable que decir.

 Pues tengo que decirles algo: a la mierda con ese tipo de personas. Estoy cansada, probablemente no soy una persona normal, ni el mejor ejemplo para nadie, ni la mejor pareja, ni la mejor mamá del mundo, probablemente no se cocinar ni cambiarle los pañales a mi hijo y tengo miedo de muchas cosas y huyo.
Pero no ando fastidiando a nadie y si algo me enseñó mi mejor amiga en la preparatoria es que fastidiar a alguien es muy sencillo, todos tenemos defectos y al igual que los demás puedo ser muy cruel y burlarme de ellos si me lo propongo para generar conflictos y molestias para los que me rodean. Pero no lo hago, porque sé que se siente culero que te hagan daño y que te traten mal.

sábado, 12 de enero de 2013

La última confesión


Probablemente la primera confesión fue la más dolorosa, pero está que es la última es la más difícil, con ella se pueden atar todos los cabos sueltos que he dejado misteriosamente sin explicarle a nadie, nadie que se haya topado conmigo.

Salvo tu JR. ( Lo siento ).

Sufro de una enfermedad llamada: Trastorno Límite de la Personalidad. (T.L.P.) Borderline.

México, D.F.  Jueves  3 de Enero de 2013. 

Hay algo en esta tranquilidad que no me deja dormir, se siente como la calma después de una tormenta, pero que avecina una nueva. Todos los días se han convertido en una lucha para mi, no sé en que momento me voy a enojar por algo, o si será un día normal o inclusive raras veces un día feliz y tranquilo. No puedo proponerme a estar bien porque no tengo el control sobre mis emociones. A veces puedo estar muy bien, otros días llega esa tormenta que me hace decir cosas sin sentido, que me arruina el resto del día.

Lo más difícil de esto es entender cuando las personas no pueden estar conmigo, o no me quieren. Despedirse de quien más se quiere y a la vez darme cuenta de que mis relaciones son vacías, nada tiene valor ni importa. Lo segundo es ilusionarse con algo, crearse una fantasía en la cabeza y darse cuenta de que las cosas nunca son como uno quiere o planea.

Luego viene la parte en la que no quiero hacer nada, porque nada vale la pena, a nadie le interesa si hago o no hago algo, siento una enorme frustración y veo como todos mis esfuerzos se van a un precipicio y no los puedo rescatar. Solo quiero dormir y escaparme de esta realidad que me deprime y soñar. Y el vacío nunca desaparece.

Todos los días siento que no se quien soy. Me veo al espejo y no encuentro mi identidad. Es una figura y un rostro completamente nulos, siempre creí que algún día me encontraría a mi misma y habría paz, pero esa ilusión parece ser solo un cuento de hadas que yo me conté durante años.

Cuando me siento mal y lloro me duele mucho mi cabeza, la sangre fluye y siento que va a estallar, se satura de ideas y solo quisiera simplemente acabar con este dolor tan inmenso de golpe, arrancarme la cabeza, dejar de sufrir para siempre, distraigo aquellas ideas causándome dolor físico que distraiga el dolor mental. Me golpeo, me rasguño, arranco mi cabello, me castigo. 

No me gusta que nadie me vea así, intento ocultar esto que me sucede, siento que soy un monstruo y que deberían avergonzarse de mi persona. Tengo miedo porque solo pido comprensión y amor y solo he recibido juicios. La clásica frase: No tienes nada, échale ganas. 

Mi madre tiene el mismo problema que yo, la he visto ponerse mal, así mismo me han contado de las cosas que es capaz de hacer estando en un mal estado. Cuando era niña no entendía lo que a ella le pasaba, probablemente mi destino me hacía comprenderla, era como una proyección de mi futuro.  Por muchos años siempre tuve miedo ser como ella, no entendía porque era así y odiaba cuando alguien se atrevía a compararme, ahora me siento mal, creo que las personas solo culpan y comparan.

Los pocos meses que estuve viviendo con mi padre, cerca de su casa, su esposa que no me quiere se la pasó comparándome con mi madre. Diciendo que yo era el mismo desastre que ella. A veces siento que haga lo que haga siempre estará esto que me persigue y me condena.

Quiero dejar de luchar contra esto que me pasa, quiero dejar de afectar mis relaciones con las demás personas, pero a veces siento que no puedo vivir ni convivir con nadie.  Me asustan y a la vez me irritan las demás personas. Siento que todos son gestos vacíos de convivencia, pocas veces me he sentido querida. Necesito mucho amor. Por el contraste cuando noto que alguien se enamora de mi prefiero huir, siento que solo ven la parte bonita de mi, la cubierta de todo lo que hay en el fondo. En el fondo hay mucho dolor, muchos rencores, miles de cosas que no he podido entender y cientos de ilusiones rotas. 

Mientras tanto... a seguir fingiendo que todo está bien. 


Nobody take´s a picture of his bad moments.